El bullying y el rol de los padres de familia

El bullying y el rol de los padres de familia

¿Es el acoso escolar un mal de nuestros tiempos? Definitivamente NO.

El bullying es la manifestación de una sociedad que vive problemas de violencia en sus diferentes componentes, y la familia, como núcleo de la sociedad, no es ajena a esta circunstancia.

Quién no recuerda a aquel compañero(a) que cuando se dan las reuniones de reencuentro de promoción, nunca asiste. Y cuando nos preguntamos el porqué, entonces vienen los recuerdos de las múltiples veces que a costa de él o ella otros se divirtieron con “bromas”, algunas tal vez crueles que marcaron su vida.

Hablar de este tipo de violencia escolar, es hablar de las dificultades que tienen muchas familias e instituciones educativas para satisfacer las necesidades de integración y aceptación de niños y adolescentes entre su grupo de pares. Ambos grupos, viven en una sociedad turbulenta y manifiestan esta turbulencia en comportamientos violentos. Comportamientos que han pasado de la agresión verbal a la agresión física. Agresión que en ocasiones ha causado la muerte física de sus jóvenes víctimas o la muerte social del amigo que no se siente parte de la promoción.

Según la Estadística Mundial del proyecto “bullying sin fronteras” 2022-2023, el Perú ocupa el puesto 24 a nivel mundial, registrando 25550 casos de bullying y ciberbullying. Este conteo sólo reafirma que el Perú se ha convertido en un país con altos niveles de los diferentes tipos de violencia escolar.

El bullying, traducido como acoso escolar entre iguales, se desarrolla en la familia y se expresa en los centros educativos. La familia es el principal elemento psicológico que influye en la violencia escolar. Es el espacio donde el niño o el adolescente convive y es partícipe de la forma de vida de los miembros que lo integran. Si los padres no observamos atentamente nuestros comportamientos, difícilmente podremos ser observadores del comportamiento de nuestros hijos en otros espacios sociales.

La familia es fuente de muchas riquezas en la formación de la persona, en ella se genera cultura, creencias y valores que dirigen el comportamiento de los hijos, pero también es fuente de muchos conflictos. La familia debe asegurarse de darle nombre a los actos violentos, debe rechazarlos y mostrar la expresión adecuada de las emociones. Debe promover la práctica de la empatía, ponerse en el lugar del otro termina siendo un valor muy importante en la prevención de la violencia escolar.

Los padres debemos observar y escuchar atentamente a nuestros hijos. Es necesario el esfuerzo constante de los progenitores por destruir los prejuicios que desde edades tempranas se forman entre los niños. Es imprescindible poder aclarar las ideas de sus hijos en relación con las diferentes circunstancias sociales en las que ellos se desenvuelven, asegurando que las ideas presentes sobre las relaciones entre las personas sean válidas y certeras. La familia debe tener espacios diarios para compartir información y hablar de temas que ayuden a la experiencia de emociones sanas, generando un ambiente seguro que refuerce la autoestima y haga niños y adolescentes que sepan decir: “No al bullying”.

Elva Franco Danet

Maestría en Ciencias con mención en Gerencia Estratégica de Recursos Humanos. Directora de la Escuela Profesional de Psicología de la Universidad Católica San Pablo.

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